sábado, 30 de septiembre de 2017

¡No es justo!

Lecturas del domingo 1 de octubre de 2017



"No es justo..." !Cuantas veces hemos sentido que nuestra pareja, nuestro entorno o la vida en general no es justa con nosotros! 
Resultado de imagen de lectura del domingo 1 de octubre de 2017. no es justo
Los tres textos de hoy nos proponen un camino para este sentimiento.... un camino que no es sencillo, pero que es el que hay.

Primero Ezequiel nos da la primera pista: vuelve sobre tí, piensa primero en tu parte de colaboración en esa situación que te parece tan injusta hacia tí, piensa primero en lo que tú mismo puedes cambiar de tí... antes de acusar a los demás, a tu pareja o a la vida de no darte lo que mereces o tratarte como tú mereces:

"Comentáis: "No es justo el proceder del Señor". Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida."

Es una respuesta dura, sin duda. Pero crecer también es duro a veces, y este es un camino de crecimiento: como humanos, como pareja, como individuos que aman, como padres, como hombres y mujeres de fe. A veces no estamos haciendo lo adecuado, y la respuesta que necesitamos es: "no mires tanto lo que otros no te están dando, y mira lo que tú no estás dando a los demás". Ezequiel nos la da y hacernos esta primera reflexión es un paso necesario de madurez.

Pero por suerte, el camino no acaba ahí. El Salmo de hoy, el 24, comienza así:
Resultado de imagen de enseñame tus caminos
"Señor, enséñame tus caminos, 
instrúyeme en tus sendas: 
haz que camine con lealtad; 
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador"


Una vez hemos reflexionado y entendido que nosotros mismos tenemos parte en aquello que nos pasa y nos duele, llega el siguiente paso, y es abrirnos al cambio. Disponernos a cambiar es una auténtica metamorfosis: es entender que no entendía, es entender que debo cambiar, es entender que quizás no tengo claro ni qué cambiar ni cómo hacerlo, es comprender, en suma, que quizás el mayor obstáculo a superar soy yo mismo. Y ahí, desde el entendimiento de mi limitación, estamos ahora dispuestos a la escucha: de mi propia conciencia, a la que a veces no quiero escuchar; de mi pareja, ese ser que opta por amarme cada día, y que probablemente ya ha intentado más de una vez contarme eso que yo ahora estoy más supuesto a escuchar; de la vida, que me va indicando hacia dónde ir, en qué debo de ser más humilde y no creerme tan especial (cuando "especial" significa "superior", con más dignidad que el prójimo). Pero atención, no se trata de sentirnos ahora lo más bajo del mundo. Encontrarme con mis limitaciones, aceptarlas y trabajarlas, y seguir amándome aún sabiéndome imperfecto, me ayuda a entender y amar al prójimo, con sus imperfecciones, que también está en camino...

Y de eso exactamente nos habla S. Pablo en su carta a los Filipenses (2, 1-11):

"Manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús."

Pablo no habla a unos seres perfectos, los conoce bien. Les pide que todos tengan un espíritu humilde y de servicio. Y les dice que así era Jesús. 


Resultado de imagen de lectura del domingo 1 de octubre de 2017Hemos llegado al final de nuestro itinerario: partíamos de sentirnos injustamente tratados, y acabamos mirando, felices, por el bien de los demás. Y es que, ¿acaso no sabemos de sobra, a estas alturas de nuestra vida, que somos más felices y nos sentimos más plenos en el hecho de donarnos que en el ver complacidos todos nuestros caprichos y vanidades?. Pues eso.

Y si Ezequiel nos parecía rudo en su respuesta... pues llega Jesús y nos dice claramente que la grandeza o bajeza de un ser humano radica en su capacidad de hacer este camino de conversión, de cambio:

"Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis." (Mt 21,28-32)

Haríamos bien muchos de nosotros si dejáramos de buscar ser hombres y mujeres de éxito y reconocimiento y nos centráramos en encontrar a esos maestros de Vida que ya viven a nuestro lado y pegarnos a ellos. Quizás son, precisamente, los que menos pinta tengan de haber triunfado en la vida.

                                                                                                                                                          David C.


No hay comentarios:

Publicar un comentario