miércoles, 16 de mayo de 2018

domingo 20 de mayo de 2018

lecturas del domingo 20 de mayo

 Hechos de los Apóstoles (2,1-11):
AL cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.
Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:
«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34

R/.
 Envía tu Espíritu, Señor, 
y repuebla la faz de la tierra


Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas. R/.

Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu espíritu, y los creas, 
y repueblas la faz de la tierra. R/.

Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras;
que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor. R/.

Segunda lectura




Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

HERMANOS:
Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.
Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Palabra de Dios

Evangelio del domingo


293ctu

AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Palabra del Señor


Reflexión para novios... para siempre



Reflexión para novios... para siempre


Cuando te preparas para el matrimonio, uno de tus posibles temores es si aguantarás los defectos del otro, que hoy ni siquiera ves, o no te molestan mucho, pero que con el tiempo quizás se conviertan en insoportables

Hoy con mis casi 45 años sé el tamaño de los defectos de mi mujer... pero debo reconocer que estoy más centrado en seguir tomando la medida a los míos propios. Ya no me asusta cómo ella pueda ser de mayor, pero sí me preocupa cómo lo sea yo.

Y es que la vida con ella me va descubriendo a mí mismo frente al espejo... cada momento vital me va revelando facetas distintas de mi propia persona, y hace que unas crezcan y otras se queden estancadas... y no siempre son las virtudes las que crecen y los defectos los que se corrigen...




En definitiva, la vida junto a mi mujer no deja de enseñarme acerca de mí.

Aún no he terminado de aprender
lecciones sobre mí mismo... 
aún no es hora
de tomar a otr@ su lección.



D.C.




martes, 8 de mayo de 2018

LECTURAS DEL DÍA 8 DE MAYO DE 2018


LECTURAS DEL DÍA 8 DE MAYO DE 2018


 Hechos de los apóstoles 16, 22-34



 En aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados dieron orden de que los desnudaran y los apalearan; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo. A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los otros presos escuchaban. De repente, vino una sacudida tan violenta que temblaron los cimientos de la cárcel. Las puertas se abrieron de golpe, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pablo lo llamó a gritos: - «No te hagas nada, que estamos todos aquí.» El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó y les preguntó: - «Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?» Le contestaron: - «Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia.»
 Y le explicaron la palabra del Señor, a él y a todos los de su casa. El carcelero se los llevó a aquellas horas de la noche, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos, los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios.


Sal 137, 1-2a. 2bc y 3. 7c-8 R. Señor, tu derecha me salva

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R.
Daré gracias a tu nombre 
por tu misericordia y tu lealtad. 
Cuando te invoqué, me escuchaste, 
acreciste el valor en mi alma. R.


Tu derecha me salva. 
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos
. R


 Juan 16, 5-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré. Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado.»

lunes, 7 de mayo de 2018

Hechos de (nosotros) los Apóstoles.


Hechos de (nosotros) los Apóstoles.



Reflexiono sobre lo que "hizo" Jesús en vida (entiéndase pre-Resurrección), y sobre lo que después hizo Dios con la obra de Jesús, entendida como toda su vida, recordada, sembrada en los corazones de sus discípulos, comprendida y activada en sus vidas, y la 
transmisión de esa
obra hasta nuestros días, activada hoy en nuestros corazones....

Era necesario que Jesus muriera. Que prefiriera el mensaje de su Padre a conservar su propia vida. Eso diferencia su mensaje de la simple ideología. Pero no es suficiente, ya que hay otros que mueren por sus ideas. Su mensaje no era para sí mismo, sino para la liberación de los demás, y en concreto y preferentemente, de los más oprimidos.

Yo, mi ideario, mis acciones... lo que yo siembro cada día dista mucho de la siembra que hizo Jesús cada día. Lo que yo hago con mi condición de creatura de Dios dista mucho de ser plena y de parecerse a lo que hizo Jesús de la suya.

Yo vuelvo a mi realidad, a mi vida, a una actividad centrada en perseguir mi bienestar y el de los míos. No hago mal a nadie, porque en mi persecución de mi bien tengo como límite el no hacer mal a los demás... pero eso no llega ni al "aprobado raspado"...
Hoy pongo mi meditación en manos de Dios,  y le pido oídos... sospecho que ir a más en el alma pasa por ansiar menos en el cuerpo...

Amén

D.C.